
Después del Abrazo
Después del abrazo
el mundo cae sobre nosotros.
No moriremos sin embargo:
nos salva la música.
La de Mozart,
y esa otra aún más bella
de la sangre.
En mi oído tu pecho
es un caracol de sangre.
Oigo el mundo
y me sorprende tanta belleza
como guarda.
¿Dónde estábamos antes de este
instante
antes de que la sangre fuera música?
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